viernes, 19 de octubre de 2012

Hay tantos que añoran el ÉXITO y tanto miedo en alcanzarlo tienen. Miedo a lo desconocido, miedo a que te pueda dferrumbar. A que pueda con uno mismo. ¿Cuánto tardaremos en entender que el intentarlo NO ES una opción? Hay que hacerlo, hay que intentarlo. Zona Ganjah canta: "Déjame ser lo que tenga que ser, que si me equivoco del error aprenderé".
  La vida es un aprendizaje constante. Nunca vamos a dejar de conocerla, y nos va a ir instruyendo a cada paso. Por momentos creemos derrumbarnos, pero al tiempo lo vemos como uno fortaleza, un conocimiento más a la aventura, un "claro" más en la selva.
  El arriesgarse tiene una cuota más de aventura, esa adrenalina de no saber qué va a pasar. Y tenemos miedo a errar lo que nunca hicimos. Mente de perdedor.
   La vida, al exitoso o al cobarde, se le acaba al fin a ambos. Es cuestión de uno tomarla por las riendas y guiarla a nuestro sentido, y "arrepentirse" (APRENDER) de haberlo hecho, que de nunca haberlo intentado. "NO ESTÁ MUERTO QUIEN PELEA", pero sí muere sin haber vivido quien deja que la vida lo pase por encima.
   La única, final y aceptable derrota es la muerte física, muy al final de la ruta, pero podemos recibirla con los brazos abiertos y toda una vida encima, y dichosos de haber hecho con ella una aventura a cuerpo y alma, corazón y valentía.
VIVIR SOLO CUESTA VIDA, BASTA de ahorrarse vida para "disfrutarla" en cómodas cuotas, en recreos laborales o licencias por agotamiento, porque llegamos a esos momentos, habiendo perdido el propio instante, ahora mismo, que también es VIDA.

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