viernes, 28 de marzo de 2014

El rey que quiso vivir siempre


El tiempo, que fue nuestra partera, será nuestro verdugo. Ayer el tiempo 
nos dio de mamar y mañana nos comerá. 
Así es nomás, y bien lo sabemos. 
¿Lo sabemos? 
El primer libro nacido en el mundo cuenta las aventuras del rey Gilgamesh, 
que se negó a morir. 
Esta epopeya pasó de boca en boca, desde hace unos cinco mil años, y fue 
escrita por los sumerios, los acadios, los babilonios y los asirios. 
Gilgamesh, monarca de las orillas del Éufrates, era hijo de una diosa y de 
un hombre. Voluntad divina, destino humano: de la diosa heredó el poder y la 
belleza, y del hombre heredó la muerte. 
Ser mortal no tuvo para él la menor importancia, hasta que Enkidu, su muy 
amigo, llegó al último de sus días. 
Gilgamesh y Enkidu habían compartido hazañas asombrosas. Juntos 
habían entrado en el Bosque de los Cedros, morada de los dioses, y habían 
vencido al gigante guardián, cuyo bramido hacía temblar las montañas. Y 
juntos habían humillado al Toro Celeste, que con un solo bufido abría una fosa 
donde caían cien hombres. 
La muerte de Enkidu derrumbó a Gilgamesh, y lo aterró. Descubrió que su 
valiente amigo era de barro, y que también él era de barro. 
Y se lanzó al camino, en busca de la vida eterna. El perseguidor de la 
inmortalidad vagó por estepas y desiertos, 
atravesó la luz y la oscuridad, 
navegó por los grandes ríos, 
llegó hasta el jardín del paraíso, 
fue servido por la tabernera enmascarada, la dueña de los secretos, 
alcanzó el otro lado de la mar, 
descubrió al barquero que sobrevivió al diluvio, 
encontró la hierba que daba juventud a los viejos, 
siguió la ruta de las estrellas del norte y la ruta de las estrellas del sur, 
abrió la puerta por donde entra el sol y cerró la puerta por donde el sol se 
va. 
Y fue inmortal, hasta que murió. 


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De deseo somos


La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos, pero no tenía a 
quién tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y 
siendo una era ninguna. 
Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al 
medio, y la vida fue dos. 
Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también. 

viernes, 14 de marzo de 2014

Los 12 lugares que tenés que conocer antes de morir

Hallstatt, en Austria, es considerado el pueblo más antiguo aún habitado de Europa y uno de los lugares más hermosos de la Tierra.


El pueblo de Oia, en Santorini, Grecia, pertenece al archipiélago de las Cicladas y está ubicado a unos 200 kilómetros de la Grecia continental











Con un poco más de 2.000 habitantes, Tasiilaq es el pueblo más grande del este de Groenlandia 






La vieja aldea de Bibury, en Inglaterra, es conocida tanto por sus casitas de piedra color miel con techos altos, como por haber sido el lugar de rodaje de películas como "El diario de Bridget Jones"








El pueblo de Cesky Krumlov, sitio declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, ha estado en pie desde el siglo XIII, y el castillo del pueblo es el segundo más grande en toda la República Checa








Giethoorn es un pueblo holandés conocido como "La Venecia del Norte"










Los productores de "Los Pitufos: La Película" convencieron a 250 residentes del pueblo de Juzcar, en el sureste de España, para dejarles pintar a todo el pueblo de azul 









Split, en Croacia, es hogar de 250.000 personas y cuenta con una excelente combinación de ruinas romanas y playas hermosas 







Shirakawa, en Japón, es conocido por sus casas construidas en forma de triángulo, un estilo llamado "gassho", donde los techos imitan dos manos en posición de rezo, para facilitar el deslizamiento de la nieve 





En Alberobello, Italia, hay cien casas blancas con forma de cono diseñadas con un estilo arquitectónico de trullo, las cuales se encuentran localizadas en lo alto de una colina y están rodeadas de arboledas de olivos









Wengen, en Suiza, es un pueblo para esquiar lleno de cabañas tradicionales de madera y vistas alpinas 







Burano es la ciudad tecnicolor de Italia, ubicada en la misma laguna que Venecia