Por dicha se me dio la facultad de elegir, así que elijo: mirar la sonrisa del sol, abrazar el aire, darle vacaciones a mis propios demonios, levar mis anclas y navegar.
Elijo tratar a la gente como quiero me traten a mí.
Me comprometo con mi vida, a caminar sin excusas, sin echarle la culpa a nada ni a nadie.
Nada es casualidad, no hay accidentes en el mundo de la voluntad. Estoy dispuesto a sembrar sonrisas en mi vida... (desconozco el autor)
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