lunes, 7 de mayo de 2012


Habitamos en estos tiempos una sociedad occidental de negación, sea de la naturaleza, de la muerte, del dolor, de nosotros mismos... Para "anestesiarnos" frente a nuestra negación, utilizamos adicciones, al consumo, a la velocidad del tiempo, al trabajo. "Estar adaptados" equivaldría a ser un zombie de uno mismo: ¿cuando te enfrentas a una injusticia, reaccionas tratando de modificar la situación o te anestesias con algo para no sentir la injusticia?

Cuando se está vivo, un organismo reacciona, siente. Detén la fuga de tu vida, eligiendo una práctica o actividad que tu corazón sienta como verdadera, una actividad que sea un vehículo para que emerja lo vivo que estás. Emprende un camino en el que sientas la inclusión, compasión y compromiso con toda la vida de la que formas parte.

Virginia Modarelli


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