Encenderé la lámpara de las sonrisas, y el velo de mi melancolía desaparecerá.
A la luz de mis sonrisas descubriré mi alma, que había permanecido oculta tras las tinieblas acumuladas a través de las edades.
Cuando me encuentre a mí mismo, atravesaré todos los corazones con la antorcha de las sonrisas de mi alma.
Mi corazón sonreirá primero; luego, mis ojos y mi rostro, y después cada parte de mi cuerpo irradiará la luz de las sonrisas.
Correré entre zarzas de los corazones melancólicos y encenderé una hoguera con todas las tristezas.
Soy el irresistible fuego de las sonrisas; avivaré mi fuego con la brisa del gozo divino, abriendo una senda de luz a través de la oscuridad de todas las mentes.
Mis sonrisas transmitirán las sonrisas de Dios, y quienquiera que encuentre en mi camino podrá captar el aroma de mi divino gozo.
Brindaré antorchas de fragantes y purificadoras sonrisas a todos los corazones.
Al sonreir aun cuando sea difícil hacerlo, ayudaré a sonreir a quienes lloran.
Paramahansa Yogananda
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