jueves, 29 de mayo de 2014

Las nubes de mi aflicción se disiparon y bebí de la luz. Con mis 
pensamientos en orden giré para examinar el rostro de mi 
médico. Volví los ojos y posé mi mirada en ella, y vi que era la 
enfermera en cuya casa me habían cuidado desde la juventud: 
la filosofía. 

BOECIO

No dejaremos de explorar 
Y el final de la exploración será 
Llegar al punto de partida 
Y conocer el sitio por primera vez. 

T. S. ELIOT 



El proceso PEACE: cinco pasos para enfrentarse a los problemas con filosofía 

Vacuo será el razonamiento del filósofo que no 
alivie ningún sufrimiento humano. 
EPICURO Lou Marinoff 



El problema filosófico es ser conscientes del 
desorden que reina entre los conceptos, y puede 
resolverse poniéndolos en orden. 
LUDWIG WlTTGENSTEIN 


   El asesoramiento filosófico es más un arte que una ciencia y siempre es 
diferente con cada individuo. Tal como la terapia psicológica se presenta de 
infinitas maneras distintas, el asesoramiento filosófico tiene como mínimo 
tantas variantes como consejeros que lo practiquen. Usted puede 
reflexionar con filosofía sobre un problema por su cuenta o con la ayuda de 
un interlocutor no profesional. La gran pregunta es: «¿Cómo se hace?» 
Algunos consejeros filosóficos, entre los que destaca Gerd Achenbach, 
consideran justificado que no exista un método general que pueda 
explicarse o enseñarse. Al fin y al cabo, si no existe un método general para 
filosofar, ¿por qué tendría que haber uno para el asesoramiento filosófico? 
Aun así, mi experiencia me ha demostrado que muchos casos se ajustan de 
modo satisfactorio a un planteamiento en cinco pasos al que denomino 
proceso PEACE. Con este planteamiento se obtienen buenos resultados, es 
fácil de seguir, y además aclara los motivos que distancian el asesoramiento 
filosófico de otras formas de terapia hablada. Tal como verá, la mayor parte 
de los problemas que se presentan en este libro se resolvieron mediante el 
proceso PEACE. Tal vez el suyo también pueda manejarse así. PEACE es 
un acrónimo de las iniciales de las cinco etapas que componen el proceso: 
problema, emoción, análisis, contemplación y equilibrio. El acrónimo es 
adecuado, ya que estos pasos constituyen el camino más seguro para 
alcanzar una paz interior duradera. 
Los dos primeros pasos enmarcan el asunto, y la mayoría de personas pasa 
por estas etapas de forma natural. No necesitan que nadie les ayude a 
identificar el problema, aunque en determinadas ocasiones conviene revisar 
e incluso refinar este punto. Su reacción emocional es inmediata y clara 
(nadie tiene que aprender a sentir emociones), aunque esto también podría 
ser objeto de una reflexión ulterior. Las dos etapas siguientes estudian el 
problema de manera progresiva, y aunque muchas personas son 
perfectamente capaces de hacerlo por su cuenta, suele resultar ventajoso 
contar con un interlocutor o un guía para explorar nuevos territorios. El 
tercer paso le conduce más allá que casi toda la psicología y la psiquiatría, y 
el cuarto le sitúa de pleno en la esfera filosófica. La última etapa incorpora a 
su vida lo que ha aprendido en cada uno de los cuatro pasos anteriores, Más Platón y menos Prozac puesto que los planteamientos meramente intelectuales no resultan 
prácticos a menos que se sepa cómo utilizarlos.

:)