pensamientos en orden giré para examinar el rostro de mi
médico. Volví los ojos y posé mi mirada en ella, y vi que era la
enfermera en cuya casa me habían cuidado desde la juventud:
la filosofía.
BOECIO
No dejaremos de explorar
Y el final de la exploración será
Llegar al punto de partida
Y conocer el sitio por primera vez.
T. S. ELIOT
El proceso PEACE: cinco pasos para enfrentarse a los problemas con filosofía
Vacuo será el razonamiento del filósofo que no
alivie ningún sufrimiento humano.
EPICURO Lou Marinoff
El problema filosófico es ser conscientes del
desorden que reina entre los conceptos, y puede
resolverse poniéndolos en orden.
LUDWIG WlTTGENSTEIN
diferente con cada individuo. Tal como la terapia psicológica se presenta de
infinitas maneras distintas, el asesoramiento filosófico tiene como mínimo
tantas variantes como consejeros que lo practiquen. Usted puede
reflexionar con filosofía sobre un problema por su cuenta o con la ayuda de
un interlocutor no profesional. La gran pregunta es: «¿Cómo se hace?»
Algunos consejeros filosóficos, entre los que destaca Gerd Achenbach,
consideran justificado que no exista un método general que pueda
explicarse o enseñarse. Al fin y al cabo, si no existe un método general para
filosofar, ¿por qué tendría que haber uno para el asesoramiento filosófico?
Aun así, mi experiencia me ha demostrado que muchos casos se ajustan de
modo satisfactorio a un planteamiento en cinco pasos al que denomino
proceso PEACE. Con este planteamiento se obtienen buenos resultados, es
fácil de seguir, y además aclara los motivos que distancian el asesoramiento
filosófico de otras formas de terapia hablada. Tal como verá, la mayor parte
de los problemas que se presentan en este libro se resolvieron mediante el
proceso PEACE. Tal vez el suyo también pueda manejarse así. PEACE es
un acrónimo de las iniciales de las cinco etapas que componen el proceso:
problema, emoción, análisis, contemplación y equilibrio. El acrónimo es
adecuado, ya que estos pasos constituyen el camino más seguro para
alcanzar una paz interior duradera.
Los dos primeros pasos enmarcan el asunto, y la mayoría de personas pasa
por estas etapas de forma natural. No necesitan que nadie les ayude a
identificar el problema, aunque en determinadas ocasiones conviene revisar
e incluso refinar este punto. Su reacción emocional es inmediata y clara
(nadie tiene que aprender a sentir emociones), aunque esto también podría
ser objeto de una reflexión ulterior. Las dos etapas siguientes estudian el
problema de manera progresiva, y aunque muchas personas son
perfectamente capaces de hacerlo por su cuenta, suele resultar ventajoso
contar con un interlocutor o un guía para explorar nuevos territorios. El
tercer paso le conduce más allá que casi toda la psicología y la psiquiatría, y
el cuarto le sitúa de pleno en la esfera filosófica. La última etapa incorpora a
su vida lo que ha aprendido en cada uno de los cuatro pasos anteriores, Más Platón y menos Prozac puesto que los planteamientos meramente intelectuales no resultan
prácticos a menos que se sepa cómo utilizarlos.